La construcción más simbólica de la aldea de Pallares es su iglesia, de reducidas proporciones y acusado sabor popular, que según la tradición se trata de una antigua ermita. Su planta es de tres naves, divididas en tres tramos, con cuatro columnas centrales y cubierta de bóveda de arista. Al exterior presenta sencilla fachada encalada, en la que tan solo una espadaña revela su carácter religioso.