Descripción del producto
DISTANCIA: 10,5 km
DIFICULTAD: Baja
Este sendero comienza en la estación de bombeo junto a la Ronda de Circunvalación, en la parte este de la localidad. A pocos metros del inicio de nuestro camino nos encontramos con el Pilar Viejo y después giraremos a la izquierda para ascender hasta la antigua carretera de Pallares. Pasamos por debajo del puente de la Autovía, y por el carril asfaltado que discurre paralelo a la A-66, dejaremos a nuestra derecha la carretera que va hacia Pallares y justamente después encontraremos el camino de Montemolín. Llegando a un alto, desde donde se divisa el valle surcado por el río Viar alimentado por las aguas que vierten las Sierras del Puerto y El Águila. Pasaremos de una zona de olivos e higueras a la dehesa en la zona denominada “Piedrapatá”. Aquí el camino es bastante irregular debido sobre todo a las aguas de invierno. Pasaremos junto a un arroyo, donde los eucaliptos han sustituido a los álamos y otros árboles. Una vez atravesado el Río Viar, más adelante nos lo volveremos a encontrar a nuestra izquierda donde quedan restos de un molino de agua–junto al molino de “Naranjo”-es de los pocos que quedan en la zona. Las encinas nos acompañarán en nuestro camino y entre paredes de piedras, dejando pronto de estar encauzado entre ellas, entraremos a continuación en una finca. Subiremos entre encinas hasta un alto desde donde podremos observar un cambio en el paisaje en forma de mosaico. De las grandes encinas pasaremos a los chaparrales al fondo, que dejaran paso a las grandes llanuras cerealísticas que circundan Montemolín. Tomando un camino a la izquierda bajamos un desnivel bastante pronunciado, llegando de nuevo a la margen derecha del río Viar para salir entonces a un estrecho camino paralelo al río que se ensanchará una vez hayamos llegado a la confluencia de éste con el arroyo de Garrote, el cual cruzaremos. Pronto nos adentraremos en una sinuosidad de pequeñas lomas sin apenas vegetación arbórea hasta llegar a un nuevo arroyo, al que le sigue una cuesta bastante pronunciada por un camino bastante pedregoso. Olivos, higueras y almendros serán nuestros compañeros de viaje en esta zona, cerca del alto nos encontraremos con un pilar. Terminada la siguiente cuesta, divisaremos Montemolín y los restos de su alcazaba árabe.